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lunes, abril 12, 2010

Sin releer

Toy tristona, vamos como casi siempre que escribo, que cuando estoy contenta (que por otra parte suele ser la mayor parte del tiempo) como que se me ocurren muchas otras cosas que hacer antes de escribir.

Necesito cambiar de aires interneteros (de lo otros tb pero no sé bien cómo), otro blog para empezar de cero. Otra identidad, que es lo bueno de estos medios, que puedes cambiar de personalidad sin problemas. Tengo otro blog, pero como no era "personal" lo tengo abandonado, ahí no se trataba de escribir porque esté tristona, sino como parte de un "proyecto", pero soy perezosa. En realidad es lo que más odio de mi misma, mi falta de "fuerza de voluntad", y el caso es que no puedo juzgarme siempre como perezosa. No sé bien.

El "soy" es difícil. Me cuesta definirme, debe ser que me engaño, pero el soy "loquesea" es siempre difícil y parcial (con parcial me refiero a verdad parcial, no de objetividad que también). Puedes poner un soy + adjetivo y es siempre una verdad a medias, o quizá una mentira completa. Puedo tratar de definirme por los ojos de los otros, pero tampoco funciona. Ahí ni siquiera es porque me definan sin que me guste, es porque son tan dispares las opiniones que me muero de la risa o confirmarían una esquizofrenia.

Sé: que me gusta demasiado agradar a los demás, y que voy siempre sin rumbo ¿qué quiero? (¿lo que no tengo?) ¿qué me gusta realmente? me dejo llevar.

lunes, abril 05, 2010

Semana santa

Me tocó trabajar lunes y martes, pese a ser vacaciones sop sop. Además estaban de remodelación en la oficina, y trabajar con el ruidito de la sierra de fondo tiene su aquel.

El lunes llegué agotada, como siempre que hay pruebas. Probablemente esos días son los que menos me cunde porque me pongo nerviosa, y entro en modo pollo sin cabeza. Después de las 12 horitas que nos marcamos en la ofi, llegué agotada. Eso explica que cuando me quedé con el picaporte del dormitorio en la mano, renegara un poquito y me fuera a dormir sin más. Cuando me levanté por la mañana, se cayó la otra parte. Encerrada en mi cuarto. Creo que si no hubiera tenido que ir a trabajar, me habría ido a dormir otra vez. Tenía el móvil conmigo, ventajas de usarlo de despertador, así que llamé a super mommy para que viniera al rescate. Mientras, en pijama, y con ganas de ir al servicio, intentaba abrir con todo lo que tenía a mano, que no era mucho. Briconsejo: "Tened siempre un destornillador a mano".

Como mi santa madre vive cerca, llegó en un santiamén, y mientras oía el sonido de la llave en la puerta de la calle recordé, que tengo la (mala) costumbre de dejar las llaves puestas, más que nada para no tener que recordar dónde las he puesto. Así, que abandonada a mis propios medios, me puse a hacer recuento de cosas que tenía en el dormitorio que podían ayudarme a salir, mientras que canturreaba una canción de Barrio Sésamo en la que cantaban con tonillo rapero eso de "rapunzel, rapunzel, suelta tu cabellera para que pueda subir como si fuera una escalera".

Descartado lo del pelo, y reservadas las sábanas por si tenía que atarlas para descolgarme por la ventana (jijij, no me lo creo ni yo), intenté abrir con un cd. Súperprácticodelamuerte, no conseguí nada, y ahora tengo un cd menos. Finalmente me apañé con un cable y un boli. Llegué tarde a la oficina, y cometí el error de contarselo a mi compi, que claro, no se lo creyó. ¿De veras pensó que puesta a inventar excusas, esa era la mejor que se me habría ocurrido? Mae mía..