Mis estupendas ideas

Pues eso, no se me ocurrió otra cosa que matricularme de historia...

Dos fines de semana seguidos encerrada "estudiando", en los que me he enviciado a todos los chorri-juegos del facebook, e incluso he retomando el blog. Eso sí, la wii no la enciendo, que me siento culpable. Esta vez no me ha salido el eczema ese horrible en la cabeza que me acompañó a muchos exámenes, el dermatólogo decía que era por "nervios", yo creo que era por recalentamiento de neurona(s?), si no ha salido, debe ser porque ya no me quedan (nervios sí, digo neuronas). Lo que sí me acompaña es una hermosa calentura en la boca, y un sarpullido en las piernas. Qué bien, tralarí, tralarí. Ah! y un par de kilos de más, que hace mil que no piso el gimnasio, y no hago más que comer porquerías.

¿Que cómo lo llevo? mal, no, peor. 800 paginas de nada, repletitas de nombres de yacimientos que suenan fatal. Sobre todo los gabachos, los de la Europa del Este son sólo largos. El caos del principio, y lo oxidada que estaba en esto de memorizar. Eso sí, cuando consigo olvidar que tengo el examen el miércoles hasta disfruto (masoca que es una, oiga).

Ayer ya me lo replanteé. Me voy a presentar pese a que el suspenso es seguro, porque total, ya he pedido el día en el curro, y así me obligo a estudiar hasta entonces. Lo mejor de estar de exámenes: tengo una lista de cosas para hacer que en condiciones normales no se me ocurren, entre otras ir a comer a cierto senegalés al que le tengo echado el ojo.

Por $Deityyyyy, ¿Por qué cada cosa que aprendo desplaza a otra? me sabía rechupi el Paleolítico Medio, y ahora sólo me acuerdo del Superior, del Inferior ya ni hablamos. Estoy por soltarlo en el examen, verá usted, amable profesor, pasa con mi memoria como con las series estratigráficas... cuanto más excavas, menos restos y peor conservados.