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domingo, diciembre 25, 2005

Navidad

Suele pasar que no se disfruta de las cosas obligadas, y eso es lo que pasa en estos días. Para el que no tiene apenas familia, cosa a la que normalmente no dará mayor importancia, no se le deja más opción que la depresión. Para el que tiene una familia grande, difícil será que se lleve bien con todos, y si las aglomeraciones y las prisas las aderezamos con familiares plastas, las cenas resultan insoportables... Mientras la tía Gertrudis sorbe con fruición los langostinos, te ha tocado sentarte al lado del tío Manuel, más sordo que una tapia, y el primo Miguel, que hace mucho tiempo que no sale. Vamos que a mi tampoco me emocionan las Navidades, peeeeeeeero, decidí sobrellevarlas lo mejor posible. Aquí tenéis, la misma persona que decidió en la misma secuencia, que si no existían ni el ratoncito Pérez, ni los reyes magos, ni papá Noel, el otro barbudo no tenía mucho más sentido, ha montado un belén. Alguno dirá que es incoherente, y ciertamente lo es. Pero al menos yo no pienso casarme vestida de merengue sin haber pisado una iglesia desde la primera comunión. Bueno, en realidad sólo pienso casarme si es en las Vegas, con algún tipo al que haya emborrachado, y que desde luego no vista como Elvis, pero ese es otro tema.

Meto un par de fotos, y para que lo aprecies en su justa medida, o cuento los detalles; Las figurillas, de belleza dudosa, cuyas formas redondeadas sólo sabría apreciar un seguidor de Botero, datan del siglo pasado. Son fruto de años recopilando muñequitos en la plaza mayor. Hay cierta desproporción en el número de animales frente al número de pastores, debido principalmente, a que la granja de los pin y pon venía con sólo dos gallinas, dos conejos y creo que un par de caballos.
Teníamos las figurillas en el pueblo, concretamente en el garaje, infestado de ratones desde que alguna mala bestia matara a los veintitantos gatos que rondaban por el jardín. Era cuestión de justicia divina que el perjudicado fuera Herodes, y así ha sido, puesto que la única baja ha sido su castillo. Justicia divina y que los ratones, instrumentos de su ira, tenían para elegir entre okupar un pesebre o un castillo, y tontos no son. Destrozaito que lo han dejado, con lo simpático que parece mickey, ya se sabe lo que engaña la tele.
Otros años nuestro Belén contaba hasta con tendido eléctrico. Este año hemos prescindido de las luces porque no hemos sido capaces de encontrarlas, esperemos que no se las haya tragado algún instrumento de la ira divina. En cualquier caso ha sido para bien, porque las luces eran en realidad para adornar un árbol, intermitentes para más inri, y por mucho que intentábamos camuflar algunas bombillas con el musgo y los troncos, rara era la visita que no hacía la gracia con lo del "pub Belén".
Hemos incorporado alguna que otra mejora, pero por respetar la tradición hemos mantenido el río de papel de plata, aunque agua de verdad que tiene y todo, oiga. ¡Para algo tenía que servir el filtro que le compré a mi tortuga!, porque desde luego, y pese al nombre, para filtrar no es. Otra de las incorporaciones es el Sancho Panza. En realidad hace años que forma parte del elenco pastoril, pero ahora con lo del cuarto centenario del Quijote, le hemos reservado un sitio preferencial, que no le hemos puesto en lo alto del pesebre suplantando al ángel de la anunciación, porque resbalaba todo el tiempo. Que esa es otra, las figurillas, tiene desplazado el centro de gravedad, vamos que son cabezonas como ellas solas, y pasa como con los niños chicos, que según se ponen de pie, caen y aterrizan con la cabeza.
Bueno, que espero que sepáis apreciar el belén como se merece y que si habéis montado algo en casa, belén árbol o lo que sea, animaos y contadlo, que los comments están para eso.

1 Comments:

Blogger Nualak said...

¡bombones de licor! ¡qué ricos! :D

4:55 p. m.  

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