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sábado, agosto 02, 2008

Érase que se era

Érase que se se eran dos pizpiretas princesas que quedaron un sábado para ir a ver al loco de Macbeth, en esto que una de las princesas perdió su anillo mágico, así que al día siguiente cuando lo descubrió, quedó triste muy triste. Menos mal que por la tarde, quedó contenta de nuevo cuando los caballeros que defendían sus colores ganaron la justa que se celebraba contra el país vecino, y ya no le dio importancia a la pérdida del anillo. Es más, pensó: "Doy por buena la pérdida del anillo, mi corazón está contento por la victoria"

Sin embargo, la otra princesa, que odiaba las justas, y a la que molestaba especialmente el bullicio que se produce al final de ellas porque interfiere en su real sueño, se durmió tarde pero feliz, porque quedó vencida por el sueño mientras acariciaba un anillo, que había aparecido de forma misteriosa en su mano izquierda.

De todos es sabido que los anillos mágicos aparecen y desaparecen a su antojo, así que es posible que el anillo que nos ocupa vuelva a las manos de su legítima dueña... o no. En cualquier caso, este mágico fenómeno sólo puede producirse una vez al mes, así que mientras, disfruta de la Eurocopa :-p

Lilith, ¿recuerdas esto? ¡No te lo vas a creer! ¡¡¡Ha vuelto a ocurrir!!! Tengo una teoría: creo que todos tus anillos son mágicos.

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2 Comments:

Blogger Mairi said...

Jijiji me ha encantado el cuento.
Nu tranqui, los anillos fueron olvidados por la princesa amante de las justas

9:45 p. m.  
Blogger Espiguita said...

^_^
Jijiji he empezado a leerlo y he dicho:
- ¡pardiez! un dejavu...cuanto me suena esta historia...

Joven princesa, joven princesa..¿te has llevado los anillos magicos al lugar de destierro???...deberías, son mágicos!!! quizás te sirvan en tu proxima justa contra latas asesinas repletas de guisantes ^_^

6:06 p. m.  

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